LECTURAS
- Hechos de los Apóstoles 2, 14.22-23
- Salmo responsorial 15
- 1 Pedro 1, 17-21
- Lucas 24, 13-35
Este relato del evangelio de hoy nos introduce en el drama de aquellos dos discípulos de Emaús y nos invita a hacer el camino, que es paradigma del camino que debe recorrer todo cristiano. Con ello, Lucas nos está diciendo que Jesús, después de su muerte y en su condición de Viviente (resucitado) se hace presente, saliendo a nuestro encuentro. No sólo entonces, también hoy Jesús viene a nuestro encuentro:
- En nuestra historia concreta, a veces desesperanzada, con altibajos, y hace como con los de Emaús que estaban de "vuelta" de todo: hoy también sale a nuestro encuentro, camina a nuestro paso, escucha nuestras preocupaciones o triunfos y alegrías.
- En la Palabra de Dios que ilumina y da sentido a nuestra vida, como hizo con aquellos discípulos, a los que les abrió la mente acerca del Mesías y que se ha realizado en Jesús.
- En la Eucaristía de cada domingo: " a ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron al partir el pan".
- En el grupo de discípulos. Los de Emaús volvieron al grupo de origen, los discípulos de Jesús y escucharon a buena noticia. "era verdad que el Señor fue resucitado y se ha dejado ver en favor de Simón". Y ellos contaron lo que les había sucedido por el camino y como "lo conocieron al partir el pan" (clara alusión a la Eucaristía). Jesús quiere que seamos "discípulos misioneros" como los discípulos de Emaús o como los discípulos de Jerusualén que comunican con alegría la buena nueva de Jesús resucitado.