LECTURAS
- Isaías 42, 1-4.6-7
- Salmo responsoeial
- Hechos de los Apóstoles 10,34-38
- Mateo 3,13-17
Del Bautismo de Jesús nos hablan todos los evangelios; fue el punto de arranque de la predicación y actividad pública de Jesús. En el Bautismo, Jesús recibió la señal de Dios de dedicarse por completo a la misión por la que vino al mundo.
Jesús, como tantos judíos de su tiempo, se desplazó desde Nazaret hasta el río Jordán, donde Juan Bautista predicaba y realizaba un bautismo de purificación. Jesús aún no siendo pecador, se hizo solidario de los pecadores y como cargando sobre sí con los pecados de los demás, se puso en cola y se hizo bautizar por Juan.
La voz de la nube: "este es mi Hijo amado, en quien me complazco", nos indica la identidad de Jesús. En la resurrección de Cristo es cuando los apóstoles descubrieron que Jesús era el Enviado de Dios, el Mesías, como ha dicho el apóstol Pedro, en la 2ª lectura: "Pasó por el mundo haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo porque Dios estaba con él".
Nosotros, por gracia de Dios, en el bautismo nos convertidos en hijos de Dios por adopción, lo que significa que nos convertimos en otros "cristos", y se nos pide que, al igual que Jesús, pasemos por el mundo haciendo el bien, de modo que se note que somo sus discípulos.
Jesús, como tantos judíos de su tiempo, se desplazó desde Nazaret hasta el río Jordán, donde Juan Bautista predicaba y realizaba un bautismo de purificación. Jesús aún no siendo pecador, se hizo solidario de los pecadores y como cargando sobre sí con los pecados de los demás, se puso en cola y se hizo bautizar por Juan.
La voz de la nube: "este es mi Hijo amado, en quien me complazco", nos indica la identidad de Jesús. En la resurrección de Cristo es cuando los apóstoles descubrieron que Jesús era el Enviado de Dios, el Mesías, como ha dicho el apóstol Pedro, en la 2ª lectura: "Pasó por el mundo haciendo el bien y curando a los oprimidos por el diablo porque Dios estaba con él".
Nosotros, por gracia de Dios, en el bautismo nos convertidos en hijos de Dios por adopción, lo que significa que nos convertimos en otros "cristos", y se nos pide que, al igual que Jesús, pasemos por el mundo haciendo el bien, de modo que se note que somo sus discípulos.
