LECTURAS
- Malaquías 3,19-20a
- 2 Tesalonicenses 3,7-12
- Saalmo responsorial 97
- Lucas 21,5-19
Las lecturas de hoy, especialmente la primera, de Malaquias, y el evangelio de Lucas, nos hablan del final terreno de este mundo, y lo hacen con un lenguaje simbólico, propio de los profetas, y con ello no se quiere decir la destrucción del cosmos, sino fin del orden actual del mundo que genera violencia, guerra, corrupción, pobreza, fruto de intereses políticos, ideológicos y económicos, como vemos diariamente en las noticias de prensa escrita y TV. Esto es lo que da de sí un mundo injusto o presencia del pecado, como afirmamos los cristianos. Jesús dice que este mundo tiene fecha de caducidad.
Pero Jesús nos da esperanza y dice que "ni un cabello de vuestra cabeza perecerá", imagen que significa Dios está con nosotros y tenemos motivos para tener esperanza y dar testimonio, dice Jesús, sobre todo en las contrariedades con las que nos encontramos. Mantener la esperanza implica poner en práctica los valores del evangelio, que se debe notar en nuestra vida cristiana, aunque dicho testimonio no guste a todos.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: VENGA SU REINADO
Las lecturas de hoy, especialmente la primera, de Malaquias, y el evangelio de Lucas, nos hablan del final terreno de este mundo, y lo hacen con un lenguaje simbólico, propio de los profetas, y con ello no se quiere decir la destrucción del cosmos, sino fin del orden actual del mundo que genera violencia, guerra, corrupción, pobreza, fruto de intereses políticos, ideológicos y económicos, como vemos diariamente en las noticias de prensa escrita y TV. Esto es lo que da de sí un mundo injusto o presencia del pecado, como afirmamos los cristianos. Jesús dice que este mundo tiene fecha de caducidad.
Pero Jesús nos da esperanza y dice que "ni un cabello de vuestra cabeza perecerá", imagen que significa Dios está con nosotros y tenemos motivos para tener esperanza y dar testimonio, dice Jesús, sobre todo en las contrariedades con las que nos encontramos. Mantener la esperanza implica poner en práctica los valores del evangelio, que se debe notar en nuestra vida cristiana, aunque dicho testimonio no guste a todos.