LECTURAS
- 2 Macabeos 7, 1-2.9-14
- Salmo responsorial 16
- 2 Tesalonicenses
- Lucas 20, 27-38
Corre el mes de noviembre, que la tradición cristiana asocia especialmente a los difuntos, a los que recordamos con cariño y por los que rezamos deseando para ellos la paz total junto a Dios.
Esto es lo que nos recuerda vivamente las lecturas de este domingo, donde las palabras que más se repiten son "muerte" y "resurrección" para ser ésta la que prevalezca, porque como dice Jesús "Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos", afirmando rotundamente que la resurrección no es una simple reanimación del cuerpo mortal, ni una segunda repetición de la vida terrena, sino participación de la vida de Dios, a la que nos asocia Jesucristo por su propia muerte y resurrección, como dijo pocas horas antes de su muerte: "En la casa de mi Padre hay muchas estancias, y voy a prepararos sitio, para que donde yo estoy estéis también vosotros". Esta es la salvación que Jesucristo nos regala, y que como nos decía el apóstol Juan el día de Todos los Santos, pasaremos de la fe a la evidencia: "Cuando se manifieste, entonces seremos semejantes a él y lo veremos tal cual es".
Esto es lo que nos recuerda vivamente las lecturas de este domingo, donde las palabras que más se repiten son "muerte" y "resurrección" para ser ésta la que prevalezca, porque como dice Jesús "Dios no es un Dios de muertos, sino de vivos", afirmando rotundamente que la resurrección no es una simple reanimación del cuerpo mortal, ni una segunda repetición de la vida terrena, sino participación de la vida de Dios, a la que nos asocia Jesucristo por su propia muerte y resurrección, como dijo pocas horas antes de su muerte: "En la casa de mi Padre hay muchas estancias, y voy a prepararos sitio, para que donde yo estoy estéis también vosotros". Esta es la salvación que Jesucristo nos regala, y que como nos decía el apóstol Juan el día de Todos los Santos, pasaremos de la fe a la evidencia: "Cuando se manifieste, entonces seremos semejantes a él y lo veremos tal cual es".