LECTURAS
Hechos de los Apóstoles 15, 1-2.22-29
Salmo responsorial 66
Apocalipsis 21, 10-14.22-23
Juan 14,23-29
La enseñanza y buena nueva de Jesús se resume en que Dios nos ama, no como respuesta a nuestro amor, sino que es un amor anterior, un amor primero, como el amor de una madre y un padre para con el hijo que acaba de nacer, un amor que ama antes que el hijo sea consciente del amor que recibe de sus padres.
En consecuencia, Jesús nos pide que nos dejemos querer por Dios y que queramos a los demás y que nuestra vida sea un testimonio del amor que Dios tiene al mundo, y por ello, Jesús nos decía el domingo pasado: "La señal por la que todos conocerán que sois mis discípulos es si os amáis unos a otros".
Hoy también nos habla del Espíritu Santo, que es Dios mismo que viene a iluminar nuestra vida: "Será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que yo os he dicho". Si nos dejamos conducir por dicho Espíritu, él nos ayuda a discernir y valorar todo lo positivo de nuestro mundo, aunque no lleve la marca "cristiano" o "Iglesia", porque también hay iniciativas dignas de valorar, aplaudir y apoyar, siempre que busquen el bien común.
Precisamente la paz que Jesús nos da, fruto de su resurrección, es una actitud que lleva al compromiso de buscar siempre lo mejor, y esa es la forma de amarnos unos a otros como Jesús nos ha amado.
Salmo responsorial 66
Apocalipsis 21, 10-14.22-23
Juan 14,23-29
La enseñanza y buena nueva de Jesús se resume en que Dios nos ama, no como respuesta a nuestro amor, sino que es un amor anterior, un amor primero, como el amor de una madre y un padre para con el hijo que acaba de nacer, un amor que ama antes que el hijo sea consciente del amor que recibe de sus padres.
En consecuencia, Jesús nos pide que nos dejemos querer por Dios y que queramos a los demás y que nuestra vida sea un testimonio del amor que Dios tiene al mundo, y por ello, Jesús nos decía el domingo pasado: "La señal por la que todos conocerán que sois mis discípulos es si os amáis unos a otros".
Hoy también nos habla del Espíritu Santo, que es Dios mismo que viene a iluminar nuestra vida: "Será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que yo os he dicho". Si nos dejamos conducir por dicho Espíritu, él nos ayuda a discernir y valorar todo lo positivo de nuestro mundo, aunque no lleve la marca "cristiano" o "Iglesia", porque también hay iniciativas dignas de valorar, aplaudir y apoyar, siempre que busquen el bien común.
Precisamente la paz que Jesús nos da, fruto de su resurrección, es una actitud que lleva al compromiso de buscar siempre lo mejor, y esa es la forma de amarnos unos a otros como Jesús nos ha amado.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: MI PAZ OS DOY
HOJA DOMINICAL DIOCESANA
Primeras Comuniones 25 de mayo 2019