LECTURAS
- Sofonías 3, 14-18a
- Salmo responsorial: Isaías 12, 2-6
- Filipenses 4,4-7
- Lucas 3, 10-18
Las lecturas de este domingo desbordan alegría y esperanza, porque el Señor está cerca, lo que nos motiva a estar contentos y agradecidos.
El personaje protagonista en el evangelio es Juan Bautista. La gente estaba contenta, porque al fin, había surgido un profeta en medio del pueblo, después de una sequía de 3 siglos sin nadie que orientara en nombre de Dios.
La gente acudía en masa a escuchar al Bautista, y por ello le preguntaban : "¿Qué debemos hacer? "El que tenga dos vestidos, que dé uno al que no tiene, y el que tenga comida, que haga lo mismo"; y de modo parecido, Juan daba respuesta a las preguntas . Juan era radical en sus respuestas; no se iba por las ramas, ni a medias tintas. En definitiva lo que decía y nos dice es: "sé justo en tu proceder: en tu relación con la familia, con tus vecinos, en tu trabajo, en tus negocios..."
Todos queremos que las cosas vayan a mejor, pero con frecuencia, esperamos que los demás hagan algo, que muevan ficha. Pero, para que esto suceda, cada uno debemos preguntarnos: ¿En qué puedo cambiar yo? ¿Qué puedo hacer por los demás? Está claro que para que las cosas cambien a mejor es preciso que empecemos cambiando nosotros mismos. Lo peor es decir y hacer "lo que hace todo el mundo".
Las palabras de un poema de Rabindranath Tagore son elocuentes: "Dormía y soñaba que la vida era alegría; desperté y vi que la vida era servicio; me puse a servir y vi que el servicio era alegría". Parecido a lo que dijo Jesús: "EL que quiera ser el primero que sea el servidor de todos".