LECTUTAS
- Isaías 42, 1-4.6-7
- Salmo 28
- Hechos 10, 34-38
- Mateo 3, 13-17
En el Bautismo del Señor, el evangelio nos presenta a un Jesús crecido y maduro.
Atrás quedan aproximadamente 30 años de vida en el anonimato de la vida tranquila y en el trabajo de artesano, como cualquier otro de los habitantes del pequeño pueblo de Nazaret, donde era conocido como el hijo de María y de José, el artesano.
El bautismo significo un cambio radical en la vida de Jesús. El Padre hace un guiño al Hijo, Jesús, y éste lleno de la presencia del Espíritu inicia su tiempo de ministerio publico anunciando la Buena Nueva por tierras de Galilea. El cielo se abre y se oye la voz que indica como Dios se comunica con la humanidad a través del Hijo predilecto, Jesús de Nazaret. Por eso escuchar y poner en practica lo que nos dice Jesús es escuchar la voz de Padre y hacer su voluntad.
Que sepamos, como nos dice el Papa Francisco, descubrir la alegría del Evangelio y contagiar la Buena Nueva a los que nos rodean, y sobre todo que esa buena noticia se note en nosotros porque, como Jesús, intentamos "pasar por el mundo haciendo el bien".
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN. EMPRENDER LA MISIÓN
En el Bautismo del Señor, el evangelio nos presenta a un Jesús crecido y maduro.
Atrás quedan aproximadamente 30 años de vida en el anonimato de la vida tranquila y en el trabajo de artesano, como cualquier otro de los habitantes del pequeño pueblo de Nazaret, donde era conocido como el hijo de María y de José, el artesano.
El bautismo significo un cambio radical en la vida de Jesús. El Padre hace un guiño al Hijo, Jesús, y éste lleno de la presencia del Espíritu inicia su tiempo de ministerio publico anunciando la Buena Nueva por tierras de Galilea. El cielo se abre y se oye la voz que indica como Dios se comunica con la humanidad a través del Hijo predilecto, Jesús de Nazaret. Por eso escuchar y poner en practica lo que nos dice Jesús es escuchar la voz de Padre y hacer su voluntad.
Que sepamos, como nos dice el Papa Francisco, descubrir la alegría del Evangelio y contagiar la Buena Nueva a los que nos rodean, y sobre todo que esa buena noticia se note en nosotros porque, como Jesús, intentamos "pasar por el mundo haciendo el bien".