LETURAS
- Génesis 18,20.32
- Salmo Responsorial 137,1-2a.2bc-3.6-7ab.7c-8
- Colosenses 2,12-14
- Lucas 11,1-13
"Señor, enséñanos a orar", es la petición de los discípulos al Señor en el evangelio de este domingo. Los discípulos querían tener un modo propio de orar, una oración con la marca "Jesús". Y Jesús les enseña, y nos enseña, el Padrenuestro, la oración más genuínamente cristiana porque es la oración de Jesús.
Nos podemos preguntar: ¿Que lugar ocupa la oración en nuestra vida?
Nuestra oración ¿se limita a repetir oraciones pre-establecidas y repetidas maquinalmente, donde decimos palabras pero sin corazón? Nuestra oración ¿se reduce a acudir a Dios cuando sentimos necesidad, como quien "se acuerda de santa Bárbara cuando truena"?
Santa Teresa de Ávila que, como sabemos, rea maestra de oración, nos dice que "orar es hablar de amistad con quien sabemos nos ama".
Así es la oración de Jesús, una oración en la que Jesús nos dice de llamar a Dios "Padre", por tanto, dirigirnos a él como hijos, con confianza y de corazón, porque Dios siempre nos escucha. Y llevarle a Dios nuestras preocupaciones y proyectos, y también mirar nuestra realidad con la mirada de Dios.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: ORAR COMO NIÑOS
