- Salmo 70, 1-2.3-4a.5-6ab.15ab.17
Jesús era conocido por los de Nazaret desde la más tierna infancia, pues se había criado allí; por eso, cuando se presenta a partir de la lectura de Isaías, se extrañan, pasando de la "aprobación y admiración " a una reacción violenta de rechazo, diciéndose entre ellos: ¿Cómo es posible que el hijo del carpintero pueda decir esas cosas? y lo rechazaron. Les faltó fe, y Jesús se marchó de allí.
¿Que distinta la actitud de aquel anciano Simeón, que supo reconocer en aquel niño, presentado al en el templo por unos padres sin rango social, al anunciado por los profetas y esperado, y que le llevó a exclamar, lleno de fe: "Ahora Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz, porque mis ojos han visto al Salvador...luz para las naciones".