Día 28 abril de 2024. Domingo V de Pascua.
LECTURAS
- Hechos de los Apóstoles 9, 26-31
- Salmo responsorial 21, 26b-27.28.30.31-32
- Jesús aplica la
imagen de la “vid” para referirse a la unión del discípulo con él. La palabra
clave en el evangelio de Juan es “permanecer”: “el que permanece en mí y yo en
él, ése da fruto abundante”; 6 veces se repite la palabra “permanecer en mí”, y
solo así se vive en comunión con Jesús: la unión orgánica de los sarmientos con
la vid es una excelente metáfora para hablarnos de cómo Dios habita en el
corazón de los que escuchan su palabra y lo siguen.
- La vid de la que habla Jesús, que es
Él mismo, está plantada en la viña de Dios. Por eso, dice Jesús que Él es la vid
verdadera, y su Padre-Dios es el viñador que la trabaja. Para dar el fruto que procede de Dios
por medio de Jesús, hay que estar, como dice san Pablo, “injertados en Cristo”,
como el sarmiento está injertado en la vid. Esto es lo que sucede en el cristiano
por el bautismo: quedamos entroncados en Cristo y recibimos la vida de Dios.
- Y lo mismo que una viña hay que
cultivarla, podarla, regarla, también la vida cristiana exige trabajarla:
escuchar el Evangelio, celebrar los sacramentos, la misa dominical, oración. Un
trabajo importante en una viña es podarla, para renovar los sarmientos y así
que den fruto más abundante. Esto nos recuerda la importancia de la conversión
en la vida cristiana, que es fruto de la escucha de la Palabra de Dios y que
nos lleva quitar de nuestra vida aquello que impide que la vida de Dios pase y fertilice
nuestra vida cristiana.
- El permanecer unidos a Jesús
conlleva una exigencia, como nos ha dicho san Juan en la segunda lectura: “No
amemos de palabra y de boca, sino de verdad y con obras”. Y también: “Quien dice
qué permanece en él, debe vivir como vivió él “.
- Para un cristiano dar fruto es buscar el
bien del otro, dialogar y perdonar, hacer comunidad, vivir con alegría cada
momento de la vida. El dar fruto abundante es signo de estar unidos a Jesús y
ser su discípulo. Podemos
preguntarnos: ¿Cómo vivo mi condición de discípulo de Jesús; estoy unido a él
en todo lo que hago? ¿Qué tipos de frutos doy?
- Retengamos la propuesta de Jesús: “Yo
soy la vid, vosotros los sarmientos, el que permanece en mí y yo en él, ese da
fruto abundante, porque sin mí no podéis hacer nada”.
HOJA DOMINICAL DIOCESANA