sábado, 23 de marzo de 2024

Día 24 marzo de 2024. Domingo de Ramos.

 


LECTURAS 

  • Procesión Ramos: Marcos 11, 1-10
  • MISA:
  • Isaías 50, 4-7
  • Salmo responsorial 21,8-9.17-18a.19-20.23-24
  • Filipenses 2, 6-11
  • Marcos 14, 1-15,47



La celebración de este día es un auténtico pregón de la Semana Santa. La Iglesia nos invita a centrar nuestra mirada en Jesús para contemplar lo que Él significa para cada uno de nosotros. Es una llamada a la contemplación de los misterios centrales de nuestra fe: por la pasión, muerte y resurrección de Jesús la humanidad ha sido salvada y, nosotros los creyentes, hemos resucitado con Él y en Él por el bautismo.

 Jesús hizo su entrada solemne en Jerusalén montado sobre un borrico. No lo hizo en un poderoso caballo, rápido y elegante, tirando de un carro de guerra, como hacían el emperador de Roma o sus generales. No llega para acabar con todos los que se le oponen. Más bien llega, para comenzar un nuevo reino de servicio, de amor y de paz, como dijo el profeta Zacarias (¡Alégrate, hija de Sión! ¡Grita de alegría, hija de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti, justo, salvador y humilde. Viene montado en un asno, en un pollino, cría de asna (Zac 9,9). El asno es un animal humilde, símbolo del servicio, porque servir es llevar la carga de los demás, como hace el asno. Lo hemos escuchado en la lectura de Isaías, quien nos presenta la imagen de un Mesías distinto a como esperaban los judíos, un Mesías que no responde a la violencia con violencia, sino que con la ayuda de Dios, lo soporta todo y dice palabras de aliento.

 La 2ª lectura de san Pablo nos recuerda que Jesús “actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz”. Es la consecuencia de la Encarnación: Dios en Jesús se hizo “hombre” hasta el final, con todas las consecuencias: estuvo en el mundo como uno más, pasando frío y calor, hambre y sed, alegrándose y llorando con y por sus amigos. Muriendo por todos y cada uno, nos abrió las puertas de la salvación.

En el evangelio hemos escuchado la Pasión de Nuestro Señor, que es el marco de las celebraciones litúrgicas de la Semana Santa, especialmente el Triduo Pascual, con la celebración de la Cena del Señor en Jueves Santo tarde, la Pasión y Muerte del Señor el Viernes Santo por la tarde, y la Resurrección con la gran celebración de la Vigilia Pascual y Domingo de Pascua.



Vivamos la Semana Santa, poniendo nuestra mirada en Jesús crucificado, alzando nuestros corazones a Dios con una actitud de oración silenciosa, rezando por toda la humanidad y meditando los misterios de la pasión, muerte y resurrección del Señor.


LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA