LECTURAS
- Sabiduría 6,12-16
- Salmo responsorial 62,2.3-4.5-6.7-8
- 1 Tesalonicenses 4,13-18
- Mateo 25,1-13
Nos acercamos al final del año
litúrgico, que culminará con la fiesta de Jesucristo, Rey o Señor universo. Esto
es ocasión para hacernos preguntas últimas, importantes en la vida de una
persona. Así la pregunta que nos sugiere el evangelio es: ¿Cuándo será la
vuelta definitiva del Señor?
Jesús nos responde con la parábola de
las 10 vírgenes: 5 sensatas y 5 necias. Se trata de una invitación a
reflexionar sobre nuestra vigilancia en la vida cristiana, pensando en el fin
de los tiempos y el encuentro con el Señor que, aunque no sabemos cuándo, sin
embargo, llegará.
Al narrar esta parábola, Jesús nos
recuerda la importancia de mantenernos atentos con la luz de la fe encendida, que
son las buenas obras y el amor, para que estemos preparados cuando suceda la
venida del Señor. Podríamos decir que la actitud que nos propone Jesús es la de “estar siempre
listos”.
Las 10 jóvenes del evangelio son figuras
simbólicas en las que nos podemos ver reflejados todos los creyentes cristianos,
que esperamos la venida del Señor, representada en el novio que viene para la
boda. La actitud de las jóvenes, unas con
aceite en las lámparas y alcuzas, y otras que no lo llevan, nos indica la
importancia y necesidad de profundizar siempre en nuestra vida espiritual. Por tanto, la parábola de hoy es un retrato de cómo vivimos cada
cristiano nuestra fe.
LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA
DIA DE LA IFGLESIA DIOCESANA
“Orgullosos de nuestra fe”.
Este es el lema que
se nos propone el Día de la Iglesia Diocesana, que celebramos el 12 de noviembre. Un
Día de fiesta y celebración, en el que “recordamos y agradecemos nuestra pertenencia a una
comunidad cristiana”. Y un Día para el agradecimiento y para tomar
conciencia de que somos miembros de una gran familia. Lo que la Iglesia hace “es gracias
al tiempo, las cualidades, la oración y el apoyo económico de todo el pueblo de
Dios”.
Cada año, el Día de la Iglesia
diocesana pone en marcha esta Campaña para reforzar ese sentimiento de
pertenencia de los creyentes y para “tocar” su corazón, también el de
aquellos que, por distintas circunstancias de la vida, se han alejado de la
práctica religiosa. Porque la celebración y la vivencia de la fe son un
motivo de alegría en un mundo sediento de esperanza. También es una
oportunidad para reconocer y agradecer todo el bien que hace la
Iglesia.
Somos Iglesia sinodal, que “caminamos juntos”.Juntos llegamos más lejos
Un bien que se hace posible por la
corresponsabilidad. Para ello, se proponen cuatro alternativas de
colaboración:
– Tu oración: Puedes
rezar por tu parroquia porque tu oración es necesaria y será el alma de toda la
actividad que se realice. Con ella, los frutos serán mayores y más permanentes.
– Tu tiempo: Dedica
algo de tu tiempo en tu parroquia a los demás. El tiempo que puedas: media
hora, una, tres horas… Lo que se ajuste a tu situación de vida.
– Tus cualidades: Cada
uno puede aportar un poco de lo que sabe: una sonrisa cercana, una mano que
apoya un hombro desconsolado, remangarse cuando sea necesario, acompañar en
silencio al que sufre.
– Tu apoyo económico: Haz
un donativo. Con tu aportación periódica ayudas más, porque permiten elaborar
presupuestos y mejorar la utilización de los recursos y planificar acciones a
medio y largo plazo.
Una colaboración que ha hecho
posible en España que más de cuatro millones de personas hayan podido
ser atendidas en centros asistenciales de la Iglesia; que sujetan las más
de 22.000 parroquias que están al servicio de toda la sociedad; y que
sacerdotes, voluntarios y seglares puedan dedicar más de 40 millones de
horas a los demás. También gracias a esa corresponsabilidad, hay más
de 10.000 misioneros españoles en los cinco continentes.
Nos acercamos al final del año
litúrgico, que culminará con la fiesta de Jesucristo, Rey o Señor universo. Esto
es ocasión para hacernos preguntas últimas, importantes en la vida de una
persona. Así la pregunta que nos sugiere el evangelio es: ¿Cuándo será la
vuelta definitiva del Señor?
Jesús nos responde con la parábola de
las 10 vírgenes: 5 sensatas y 5 necias. Se trata de una invitación a
reflexionar sobre nuestra vigilancia en la vida cristiana, pensando en el fin
de los tiempos y el encuentro con el Señor que, aunque no sabemos cuándo, sin
embargo, llegará.
Al narrar esta parábola, Jesús nos recuerda la importancia de mantenernos atentos con la luz de la fe encendida, que son las buenas obras y el amor, para que estemos preparados cuando suceda la venida del Señor. Podríamos decir que la actitud que nos propone Jesús es la de “estar siempre listos”.
Las 10 jóvenes del evangelio son figuras simbólicas en las que nos podemos ver reflejados todos los creyentes cristianos, que esperamos la venida del Señor, representada en el novio que viene para la boda. La actitud de las jóvenes, unas con aceite en las lámparas y alcuzas, y otras que no lo llevan, nos indica la importancia y necesidad de profundizar siempre en nuestra vida espiritual. Por tanto, la parábola de hoy es un retrato de cómo vivimos cada cristiano nuestra fe.
LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA
DIA DE LA IFGLESIA DIOCESANA
“Orgullosos de nuestra fe”. Este es el lema que se nos propone el Día de la Iglesia Diocesana, que celebramos el 12 de noviembre. Un Día de fiesta y celebración, en el que “recordamos y agradecemos nuestra pertenencia a una comunidad cristiana”. Y un Día para el agradecimiento y para tomar conciencia de que somos miembros de una gran familia. Lo que la Iglesia hace “es gracias al tiempo, las cualidades, la oración y el apoyo económico de todo el pueblo de Dios”.
Cada año, el Día de la Iglesia
diocesana pone en marcha esta Campaña para reforzar ese sentimiento de
pertenencia de los creyentes y para “tocar” su corazón, también el de
aquellos que, por distintas circunstancias de la vida, se han alejado de la
práctica religiosa. Porque la celebración y la vivencia de la fe son un
motivo de alegría en un mundo sediento de esperanza. También es una
oportunidad para reconocer y agradecer todo el bien que hace la
Iglesia.
Un bien que se hace posible por la
corresponsabilidad. Para ello, se proponen cuatro alternativas de
colaboración:
– Tu oración: Puedes
rezar por tu parroquia porque tu oración es necesaria y será el alma de toda la
actividad que se realice. Con ella, los frutos serán mayores y más permanentes.
– Tu tiempo: Dedica
algo de tu tiempo en tu parroquia a los demás. El tiempo que puedas: media
hora, una, tres horas… Lo que se ajuste a tu situación de vida.
– Tus cualidades: Cada
uno puede aportar un poco de lo que sabe: una sonrisa cercana, una mano que
apoya un hombro desconsolado, remangarse cuando sea necesario, acompañar en
silencio al que sufre.
– Tu apoyo económico: Haz
un donativo. Con tu aportación periódica ayudas más, porque permiten elaborar
presupuestos y mejorar la utilización de los recursos y planificar acciones a
medio y largo plazo.
Una colaboración que ha hecho
posible en España que más de cuatro millones de personas hayan podido
ser atendidas en centros asistenciales de la Iglesia; que sujetan las más
de 22.000 parroquias que están al servicio de toda la sociedad; y que
sacerdotes, voluntarios y seglares puedan dedicar más de 40 millones de
horas a los demás. También gracias a esa corresponsabilidad, hay más
de 10.000 misioneros españoles en los cinco continentes.