LECTURAS
- Proverbios 8, 22-31
- Salmo responsorial 8
- Romanos 5, 1-5
- Juan 16 16,12-15
Es bastante corriente saber de una persona por lo que otros nos dicen de ella; pero si llegamos a encontrarnos con dicha persona y establecemos una relación más directa con ella, entonces nuestro conocimiento será más completo, y del contacto nace la amistad, el interés.
Este es el caso respecto a nuestra fe: creemos en Jesucristo por el testimonio de quienes lo conocieron directamente. Así nos lo dice el apóstol Juan en una de sus cartas: "Lo que hemos visto y oído con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos acerca del Verbo de la vida... Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis en comunión con nosotros, y nuestra comunión es con el Padre y el Hijo".
Porque Dios es inaccesible para nosotros, porque está más allá de nuestros sentidos y de nuestra razón, sólo podemos conocerlo si él mismo se nos manifiesta, como así hizo haciéndose hombre en Jesús de Nazaret, como él mismo aseguró a sus discípulos: "Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre"... Yo estoy en el Padre y el Padre en mí".
A nosotros corresponde hacer crecer la fe recibida, y pasar a una fe formada, celebrada, vivida, siendo también testigos de ese Dios amor revelado en Jesucristo con obras y palabras, de modo que nos convirtamos siempre en "discípulos misioneros" cumpliendo el mandato misionero de Jesús.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: DIVINA GUÍA.
HOJA DOMINICAL DIOCESANA
Este es el caso respecto a nuestra fe: creemos en Jesucristo por el testimonio de quienes lo conocieron directamente. Así nos lo dice el apóstol Juan en una de sus cartas: "Lo que hemos visto y oído con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos acerca del Verbo de la vida... Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis en comunión con nosotros, y nuestra comunión es con el Padre y el Hijo".
Porque Dios es inaccesible para nosotros, porque está más allá de nuestros sentidos y de nuestra razón, sólo podemos conocerlo si él mismo se nos manifiesta, como así hizo haciéndose hombre en Jesús de Nazaret, como él mismo aseguró a sus discípulos: "Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre"... Yo estoy en el Padre y el Padre en mí".
A nosotros corresponde hacer crecer la fe recibida, y pasar a una fe formada, celebrada, vivida, siendo también testigos de ese Dios amor revelado en Jesucristo con obras y palabras, de modo que nos convirtamos siempre en "discípulos misioneros" cumpliendo el mandato misionero de Jesús.