LECTURAS
- Hechos de los Apóstoles 10,34a.37-43
- Salmo responsorial 117
- Colosenses 3,1-4
- Juan 20,1-9
Las palabras del apóstol Pedro en Hechos nos indica cómo el hecho de la resurrección de Cristo cambió completamente la vida de los discípulos. Al que admiraban porque "pasó por el mundo haciendo el bien...", fue condenado como un delincuente, dejando a los discípulos desconcertados, llenos de miedo y sin comprender nada. Todas las expectativas se fueron abajo. Sin embargo , la experiencia de Pascua, les abrió los ojos y el corazón y fue entonces cuando comprenden que se ha cumplido todo lo que Jesús había anunciado de sí mismo, y aquella experiencia fuerte los convirtió den testigos lanzados a contar públicamente y sin miedo todo lo referente a Jesús de Nazaret,
La resurrección fue la luz que les permitió comprender, en primer lugar, el sentido de la vida de Jesús: lo que parecía un fracaso, la pasión y muerte, no fue tal, pues no fue la última palabra ni el final.
Y la resurrección de Cristo ilumina también nuestra vida, nuestras oscuridades: sufrimientos, limitaciones, males de este mundo, enfermedad y muerte, indicándonos que esas realidades no son la última palabra, porque Dios es el Dios de la vida, y pondrá fin a los resortes de muerte, porque Dios es amor, y por ello nos llama a vivir lo que esperamos.
En Jesús tenemos el ejemplo, llamados como él a pasar por el mundo haciendo el bien, con la fe firme de saber que con el estamos llamados a pasar a la vida junto a Dios.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: CRISTO, EL QUE VIVE
La resurrección fue la luz que les permitió comprender, en primer lugar, el sentido de la vida de Jesús: lo que parecía un fracaso, la pasión y muerte, no fue tal, pues no fue la última palabra ni el final.
Y la resurrección de Cristo ilumina también nuestra vida, nuestras oscuridades: sufrimientos, limitaciones, males de este mundo, enfermedad y muerte, indicándonos que esas realidades no son la última palabra, porque Dios es el Dios de la vida, y pondrá fin a los resortes de muerte, porque Dios es amor, y por ello nos llama a vivir lo que esperamos.
En Jesús tenemos el ejemplo, llamados como él a pasar por el mundo haciendo el bien, con la fe firme de saber que con el estamos llamados a pasar a la vida junto a Dios.