LECTURAS
- Isaías 62,1-5
- Salmo responsorial 95
- 1 Corintios 12,4-11
- Juan 2, 1-11
Es la tercera manifestación de Jesús, después de la Navidad y del Bautismo. Así lo dice el evangelista Juan, después que ofreciera el buen vino a unos novios: "Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos, manifestó su gloria, y creció la fe de sus discípulos en él".
El gran signo de Caná es que Jesús es el vino nuevo y bueno que trae un sentido nuevo a la vida, llenando de alegría el corazón humano. Así lo manifestará al final de su vida histórica cuando pide a los discípulos que permanezcan en su amor y terminó diciendo: "os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud".
Si a Jesús le dejamos entrar en nuestra vida, entonces ésta tendrá un sentido nuevo y profundo; pero hace falta que le dejemos entrar haciendo lo que él nos dice como aquellos sirvientes de Caná que pusieron manos a la obra tras las palabras de Jesús, y el resultado fue el vino nuevo, mejor que el primero.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: TODO LO HACE NUEVO
HOJA DOMINICAL DIOCESANA
El gran signo de Caná es que Jesús es el vino nuevo y bueno que trae un sentido nuevo a la vida, llenando de alegría el corazón humano. Así lo manifestará al final de su vida histórica cuando pide a los discípulos que permanezcan en su amor y terminó diciendo: "os he hablado de esto para que mi alegría esté en vosotros, y vuestra alegría llegue a plenitud".
Si a Jesús le dejamos entrar en nuestra vida, entonces ésta tendrá un sentido nuevo y profundo; pero hace falta que le dejemos entrar haciendo lo que él nos dice como aquellos sirvientes de Caná que pusieron manos a la obra tras las palabras de Jesús, y el resultado fue el vino nuevo, mejor que el primero.