sábado, 17 de marzo de 2018

Día 18 de Marzo. Domingo 5º de Cuaresma


LECTURAS

  • Jeremías 31, 31-34
  • Salmo responsorial 50
  • Hebreos 5, 7-9
  • Juan 12, 20-33

       Hoy Jesús nos habla de  su entrega y lo hace con otra imagen simbólica, al decirnos: "Si el grano de trigo no cae en tierra y muere,no da fruto, pero si muere da mucho fruto", palabras que las refieren y valen también para quienes somos sus discípulos.
       Con estas palabras, a pocos días de su muerte, nos dice dónde está de verdad  la vida, aquello que no muere.
        Parece un contradicción, puesto que el espíritu del mundo  va por otros caminos, pero Jesús nos revela que la vida  que parece  una "pérdida" a los ojos del mundo, esa es precisamente la importante: la vida unos padres que se desgastan por sus hijos, la persona que "pierde su tiempo" acompañando a enfermos, la persona que se esmera en realizar su trabajo con amabilidad, el voluntario que   dedica un tiempo a tareas humanitarias, el misionero que sale de su tierra para anunciar a Jesús en otros contextos fuera de su ámbito social.


LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: CUARESMA Y ENTREGA



DÍA DEL SEMINARIO


   El evangelio de hoy nos cuenta cómo unos griegos, entusiasmados de escuchar a Jesús, tuvieron mucho interés en  encontrarse con él, y para ello recurren a Felipe, discípulo y amigo de Jesús, quien con Andrés  facilitando dicho encuentro.
   Este episodio nos dice a nosotros que, también hoy, hay personas  que quieren acercarse a Jesús, y otras  tal vez se acercarían, pero las circunstancias de nuestro mundo materialista y hedonista, lo hacen difícil. Por lo cual, como entonces  Felipe y Andrés, hoy hacen falta  discípulos verdaderos, cercanos a Jesús, que hagan  de intermediarios, que faciliten el encuentro. Esta es la tarea del sacerdote. De ahí el lema del Día del Seminario: "Apóstoles para los jóvenes".
    Celebrar el Día del Seminario, hoy 18 de marzo, es sentir el Seminario como cosa nuestra, y además interesarnos en saber la  razón  de existir  que tienen el Seminario, centro de la Iglesia, donde se forman los futuros sacerdotes que, como hizo Jesús con los Doce Apóstoles, el Seminario intenta  repetir aquella misma experiencia  formativa que realizó Jesús,  "quien llamó a los que él quiso  para estar con él y para enviarlos a predicar".
    Jesús hoy sigue llamando, pero hay que acoger dicha llamada, discernirla y verificarla, con al ayuda de los  formadores y profesores del Seminario, y será el obispo quien la confirmará mediante la ordenación sacerdotal, que capacita para desempeñar el trabajo como sacerdote, en nombre de Cristo y dela Iglesia.
     A  nosotros corresponde orar por las vocaciones y favorecer un clima en que se pueda escuchar y responder a la llamada,  facilitando también los  medios materiales para dicha formación. De ahí que la Colecta de esta Jornada en las parroquias se destilen  para el funcionamiento del Seminario.