LECTURAS
- Proverbios 31, 10-13.19-20.30-31
- Salmo responsorial
- 1 Tesalonicenses 5, 1-6
- Mateo 25, 14-30
Celebramos por vez primera, a propuesta del papa Francisco, la Jornada Mundial de los Pobres, jornada muy en consonancia con los gestos y palabras de Jesús que tenía un trapo privilegiado con los pobres y marginados, y por la misma razón debe ser prioritario en la misión de la Iglesia, sacramente de Jesucristo en el mundo.
El lema que nos propone el Papa es: "o amemos de palabras sino con obras", frase tomada de 1 Jn 3, 18.
El papa propone dos objetivos:
a - tomar conciencia y reaccionar ante la cultura del "descarte y derroche", y dar pasos a una "cultura del encuentro", compartiendo con los pobres en acciones solidarias, que sean signos concretos de fraternidad.
b - promover una caridad que nos lleve al encuentro con el pobre, no reduciéndola a gestos aislados, que pueden ser gestos útiles y de buena voluntad, sino sobre todo llegar a un auténtico encuentro con los pobres que dé lugar a un compartir , convirtiéndolo en estilo de vida.
Y en consecuencia, propone tres lineas de acción:
1- identificar los nuevos rostros de pobreza, porque la pobreza tiene rostro de hombres, mujeres y niños que son explotados por viles intereses de dinero y poder, que dan origen a marginación, opresión, violencia, tortura, guerra, privación de libertad, ignorancia y analfabetismo, falta de trabajo, falta da medios sanitarios, migración forzosa, tráfico de personas y esclavitud, exilio y miseria.
2- acercarnos a los pobres, y sentarlos a nuestra mesa, y aprender de ellos que sin duda nos pueden evangelizar.
3 - promover encuentros con los pobres, invitándolos a participar en la Eucaristía.
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