LECTURAS
- Hechos de los Apóstoles
- Salmo responsorial
- 1 Primera de Pedro
- Juan 20, 19-31
La muerte de alguien a quien queremos siempre golpea el corazón y, a veces, crea el desconcierto. Es lo que ocurrió a los discípulos de Jesús: el drama de Jesús ejecutado en la cruz y sepultado los puso fuera de juego; todas sus expectativas se vinieron abajo. Todo parecía un sueño . Ellos tenían claro que Jesús yacía en el sepulcro y todo había terminado.
Y estando en esa especie de noche, Jesús se hace presente, ellos no salen del asombro, pero en efecto, es Jesús, el mismo que fue crucificado es el que ahora se se "deja ver" y además, les hace parte de su propia misión: "Como el Padre me envíó, yo también os envío...". Y para tal tarea los equipa con la fuerza de Dios: "Recibid el espíritu Santo..." Y ellos se llenaron de una alegría desbordante, y no pueden callar: "Hemos visto al Señor", dicen a Tomás, y así sucesivamente.
De la Resurrección y del Espíritu Santo nace la comunidad que sigue a Jesús, la Iglesia, nosotros, que recibimos la misma misión: "como el Padre me envió así os envío yo". Jesús quiere "Discípulos misioneros", que escuchan la enseñanza de los Apóstoles, es decir, la Palabra de Dios, que se reúnen para la Fracción del pan, que comparten los bienes , y que oran en común, como aquella primera comunidad, que por su forma de ser era atrayente, contagiaba la fe a otras personas, que se iban incorporando y haciendo crecer el número de los creyentes en Jesús.
LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: "¡SEÑOR MÍO Y DIOS MIO!"
La muerte de alguien a quien queremos siempre golpea el corazón y, a veces, crea el desconcierto. Es lo que ocurrió a los discípulos de Jesús: el drama de Jesús ejecutado en la cruz y sepultado los puso fuera de juego; todas sus expectativas se vinieron abajo. Todo parecía un sueño . Ellos tenían claro que Jesús yacía en el sepulcro y todo había terminado.
Y estando en esa especie de noche, Jesús se hace presente, ellos no salen del asombro, pero en efecto, es Jesús, el mismo que fue crucificado es el que ahora se se "deja ver" y además, les hace parte de su propia misión: "Como el Padre me envíó, yo también os envío...". Y para tal tarea los equipa con la fuerza de Dios: "Recibid el espíritu Santo..." Y ellos se llenaron de una alegría desbordante, y no pueden callar: "Hemos visto al Señor", dicen a Tomás, y así sucesivamente.
De la Resurrección y del Espíritu Santo nace la comunidad que sigue a Jesús, la Iglesia, nosotros, que recibimos la misma misión: "como el Padre me envió así os envío yo". Jesús quiere "Discípulos misioneros", que escuchan la enseñanza de los Apóstoles, es decir, la Palabra de Dios, que se reúnen para la Fracción del pan, que comparten los bienes , y que oran en común, como aquella primera comunidad, que por su forma de ser era atrayente, contagiaba la fe a otras personas, que se iban incorporando y haciendo crecer el número de los creyentes en Jesús.