- Salmo responsorial 27,1-7.8b-9.13-14
En la transfiguración, los tres discípulos de Jesús vivieron una experiencia única, hasta el punto que Pedro exclamó: "Maestro, ¡que bien que estemos aquí!"
Jesús, por unos instantes, mostró como un anticipo de su gloria, que también tiene sentido para nosotros hoy, porque Jesús no llevó a sus discípulos para evadirlos del mundo, sino que los devolvió al llano, al lugar de la pelea de cada día, para que afrontaran junto con él los días duros de la pasión ya próximos.
Con la transfiguración Jesús también nos señala a nosotros nuestra meta, ya que estamos llamados a participar de la gloria como hijos de Dios que somos. Por ello, San Pablo nos recuerda que "somos ciudadanos del cielo" y nos invita a vivir ya lo que esperamos.
QUIERO VER: DEJARSE TRANSFORMAR