Jesús, con el gesto gráfico del niño, signo de persona débil, que no cuenta y que debe ser protegida, nos está indicando que la única manera de acogerlo a él y a Dios, es sabiendo acoger a los pequeños e indefensos como aquel niño. En definitiva nos propone seguir el camino de Jesús, que no fue otro que el servir a los demás, como resume en la frase del evangelio y que también repetirá en la última cena, tras el lavatorio de los pies a los discípulos: "Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor". Este ha de ser el distintivo del cristiano, del seguido de Jesús.