viernes, 30 de mayo de 2025

Día 1 junio de 2025. Ascensión del Señor.

 


 LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 1, 1-11
  • Salmo responsorial 
  • Efesios 1, 17-23
  • Lucas 24, 45-53

La Ascensión del Señor no es un hecho aislado que sucede aparte de la resurrección, sino que es el desenlace de la muerte y resurrección, por tanto, es la entrada de Jesucristo en la gloria de Dios, dando por terminada su vida terrena o histórica, y comienzo de la misión de la Iglesia por encargo de Jesús. Esto lo expresamos en el Credo cuando decimos: “fue crucificado, padeció y fue sepultado, resucitó al tercer día, subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre… y su reino no tendrá fin”. Así, la palabra “Ascensión” significa fin de la presencia física de Jesús en este mundo terreno, viviendo para siempre su condición de Dios y hombre, puesto que su humanidad ha sido divinizada por la resurrección.

La celebración de la Ascensión manifiesta el triunfo de Dios, cuyo proyecto se ha cumplido y se ha manifestado en Jesús, indicando que su modo de vida, que le llevó incluso a dar la vida por nosotros, es el camino que debe hacer la humanidad según el proyecto Dios, y, por tanto, ese es el camino del cristiano que de verdad quiere seguir a Jesús.

Con Jesucristo, la humanidad tiene la puerta abierta para entrar en la dimensión de Dios, y asegura lo que ya había anunciado a los Apóstoles en la tarde de la última Cena: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas y voy a prepararos un sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde yo estoy, estéis también vosotros”.

  Hoy no celebramos la ausencia del Señor sino una nueva forma de presencia. Él permanece siempre a nuestro lado, pero lo hace respetando nuestra libertad y ofreciéndonos la ayuda del Espíritu Santo, que nos ilumina y da fuerza para dar testimonio de Jesús y poder actuar en su nombre. Por tanto, La Ascensión señala un antes y un después: del tiempo histórico de Jesús se pasa al tiempo de la Iglesia. Todo lo que Jesús hizo y enseñó tendrá continuidad en la misión de los Apóstoles y de la Iglesia.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA


viernes, 23 de mayo de 2025

Día 25 mayo de 2025. Domingo VI de Pascua. Pascua del enefermo.

 


LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 15,1-2.22-29
  • Salmo responsorial 66, 2-3.5.6.8
  • Apocalipsis 21,10-14.22-23
  • Juan 14,23--29

     Si vivimos lo que Jesús nos enseña, entonces abrimos nuestro corazón a Dios, permitiendo que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo entren en nuestra vida, y eso se nota en los frutos, es decir, en las obras. Que una persona importante venga a nuestra casa es un honor. Cuánto más que Dios more en nosotros, como dice Jesús. Santa Teresa escribe que “si entrar en el cielo es entrar en la vida de Dios, ¿No es también un cielo que Dios entre en mi vida y la habite? ¿Hay algo más grande que puede decirse de un hombre que decir “es un hombre de Dios”, o que “lleva a Dios consigo?”

     Los grandes Santos fueron hombres y mujeres de Dios, hombres y mujeres de intensa vida interior (vida de oración), pero también hombres y mujeres de compromiso solidario con el mundo que les tocó vivir. Decir de alguien que es “hombre o mujer de Dios”, es afirmar que estamos ante personas que aúnan en sí el conocimiento de Dios en la oración y el servicio a los demás, sobre todo a los más pobres, porque quien es de Dios dialoga o habla con Dios (oración) y hace las obras de Dios (compromiso profético).

     En el Evangelio de hoy, también escuchamos una promesa fundamental de Jesús: “El Paráclito (defensor), el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho”. Después de su muerte y resurrección, Jesús ya no está físicamente presente como en su vida histórica, pero actúa con la presencia y fuerza del Espíritu Santo, que actualiza la enseñanza de Jesús. De aquí la importancia de escuchar al Espíritu Santo y dejarnos guiar por Él, y esto se hace con la oración, con los sacramentos, como hicieron los discípulos y María, la madre de Jesús, quienes reunidos oran y esperan la venida del Espíritu Santo.

     La primera lectura de hoy, de Hechos de los Apóstoles, nos relata un gran conflicto que surgió entre los primeros cristianos, unos procedentes del judaísmo y otros del paganismo. Y vemos que lo resuelven, encontrándose y planteando el problema, dialogando sobre el mismo, proponiendo y escuchando los diversos pareceres, preguntándose qué es lo esencial y qué lo secundario, si la Ley de Moisés o la fe Jesucristo.  Y llegaron a la gran decisión de que es Jesucristo resucitado quien salva. Y lo dicen con estas palabras que redactan a modo de decreto: “El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido… no imponeros otras cargas…”. Aquí encontramos a los cristianos como pueblo que caminan juntos bajo la guía del Espíritu Santo (primera concreción de Iglesia sinodal).

LECTIO DIVINA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

PRIMERAS COMUNIONES 
25 MAYO DE 2025


 

 

 

 

 

sábado, 17 de mayo de 2025

Día 18 mayo de 2025. Domingo V de Pascua.

 

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 14,21b-27
  • Salmo responsorial 144, 8-13
  • Apocalipsis 21,1-5a
  • Juan 13,31--33a.34-35

  •  Las palabras del Evangelio de hoy están precedidas del lavatorio de los pies y la última Cena. Y la lección que nos da Jesús es que, para tener parte en él, debemos amar como él amó. Por eso el mandamiento nuevo es el camino para seguir a Jesús y estar unidos a él, formando parte de la nueva humanidad que Dios quiere y que ha inaugurado Jesús con su modo de vida, incluso pasando por la muerte. Por tanto, el amor es el signo identificativo del discípulo de Jesús. Es el estilo de vida, marcado por el amor, lo que da a entender si somos o no discípulos de Jesucristo.
  •      De hecho, un Padre de la Iglesia de los primeros tiempos escribió que la gente se admiraba del amor que se profesaban los cristianos entre ellos, diciendo: “mirad como se aman” y, precisamente, por ese testimonio se iban añadiendo más creyentes a la comunidad.
  •     Para nosotros que en este tiempo pascual celebramos y saboreamos la resurrección de Jesús, ese mandamiento mantiene toda su actualidad. La gente podrá creer en los frutos de la Pascua en la medida que vean nuestras parroquias y comunidades alegres, unidas, servidoras. Que ese amor sea nuestro distintivo, como dijo el mismo Jesús: “En esto se conocerá que soy mis discípulos, si os amáis como yo os he amado”.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICLA DIOCESANA

PRIMERAS COMUNIONES
18 MAYO DE 2025




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lunes, 12 de mayo de 2025

Día 11 mayo de 2025. Domingo IV de Pascua. Día del Buen Pastor.

 

PAPA LEÓN XIV


LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 13, 14.43-52
  • Salmo responsorial
  • Apocalipsis 7,9,14b-17
  • Juan 10, 27-30


    En la historia del pueblo de Israel aparecen grandes personajes que ejercían el oficio de pastores: Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David. Así como el “pastor” tiene la tarea de conducir, proteger, y buscar buenos pastos para sus ovejas, la imagen del “pastor”, en la Biblia, pasó a ser la imagen que representa a los dirigentes, a los que Dios les encarga de conducir y proteger a su pueblo en su nombre. Hubo algunos que fueron buenos pastores o dirigentes, pero también hubo muchos, que no dieron la talla, fueron mala gente. Así lo denunciaba el profeta Jeremías, quien decía; “Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos; ¿no deben los pastores apacentar a las ovejas?”. Tras estas duras palabras, Jeremías profetizó que Dios será el Pastor del pueblo. Esta profecía se cumplió en Jesús, quien se aplica a sí mismo el título de “Buen Pastor”.

       Esta es una de las mejores imágenes que tenemos de Jesús, que nos guía y cuida. Y nosotros estamos llamados a formar su familia, es decir, a estar en comunión con él y caminar juntos (Iglesia sinodal). En el evangelio de hoy Jesús nos dice que él conoce a sus ovejas. No somos seres anónimos, sino que nos conoce por nuestro nombre y se preocupa por nosotros. Jesús promete que nunca nos dejará solos, y con él caminamos hacia una vida definitiva, donde habrá justicia y encontraremos el consuelo.

     El evangelio de hoy, nos indica la importancia de escuchar la voz de Jesús, y la gran suerte que significa formar parte de su familia la Iglesia. Cada domingo, nuestro encuentro en la Eucaristía es la ocasión en la que nos reunimos como familia de Dios, y escucha su Palabra, como nos dice Jesús en el evangelio: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen y yo les doy la vida eterna”.

    Precisamente porque Jesús se autodefine “Buen Pastor”, hoy celebramos la jornada de oración por todas las vocaciones. Oramos especialmente por quienes han recibido la llamada de hacer presente a Cristo, Buen Pastor, como es el caso del papa León XIV, nuestro obispo Ángel, los obispos, los sacerdotes, religiosos-as, y también todos los cristianos que tienen alguna responsabilidad en la Iglesia, o en distintos ámbitos de la sociedad, como los padres en la familia.

LECTIO DIVINA SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOIJA DOMINICAL DIOCESANA


PRIMERAS COMUNIONES

11 MAYO DE 2025



domingo, 4 de mayo de 2025

Día 4 mayo de2025. Domingo III de Pascua.

 ORDENACIÓN DEL OBISPO DE ALBACETE

 


3 MAYO DE 2025



   LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 5, 27b-32.40b-41
  • Salmo responsorial 
  • Apocalipsis 5,11-14
  • Juan 21,1-19



     Todo empezó en el lago de Tiberíades. Un buen día, apareció Jesús hablando a la gente con gran fuerza, llamando a Pedro y Andrés, Santiago y Juan, y a algunos más, a los que invitó a seguirle: ellos dejaron las barcas y las redes y formaron grupo en torno a Jesús, siendo compañeros durante su predicación por Galilea, Judea, y finalmente Jerusalén.

     La muerte de Jesús fue como un “gran apagón de luz” pera aquellos amigos de Jesús; sus mentes se obscurecieron, tuvieron sensación de pánico, perdieron todas las esperanzas puestas en Jesús y desilusionados volvieron a su trabajo de siempre. Sin embargo, después de la muerte, con las apariciones de Jesús en repetidas ocasiones a los Doce, comienzan de nuevo a ver luz que, entre dudas y miedo, provoca la alegría de ver al Señor, quién se manifiesta en su nueva forma de ser, difícil de explicar con palabras humanas. La tercera aparición del Resucitado a los discípulos, de nuevo en el lago de Tiberíades, que leemos hoy, devuelve la esperanza y fe en Jesús, quien renueva la llamada: “Sígueme”, y los envía a ser sus testigos por el mundo.

     Después de la pesca milagrosa y recogidos los peces, el evangelio nos presenta a Jesús que les ofrece el almuerzo preparado por él, lo cual nos está indicando cuál es el modo de presencia de Cristo, una vez que no se encuentra físicamente entre los suyos como en su vida histórica.

    En el evangelio de hoy, como en otros textos de apariciones del resucitado, Jesús se hace presente siempre ante el grupo de los discípulos reunidos (comunidad), y dicho encuentro con el Señor renueva la fe en Jesús resucitado, produciéndose un cambio de vida en los discípulos.

     Con la resurrección de Jesús, el Espíritu Santo les ayuda a entender que el modo de vida de Jesús es el modo de vida querido por Dios.  Y  este camino de Jesús fue el camino que siguieron los apóstoles y primeros discípulos como hemos escuchado en la primera lectura en que se juegan la vida al confesar que Jesús crucificado ha resucitado y ellos actúan en su nombre, afirmando que han de obedecer a Dios antes que a las autoridades que los están acusando y quieren que se callen.


LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINCAL DIOCESANA

ÙLTIMOS CINCO OBISPOS DE ALBACETE



DE IZQUIERDA DERECHA: 

D. CIRIACO BENAVENTE (82 AÑOS) D. VICTORIO OLIVER (95 AÑOS), D. ANGEL ROMÁN (actual Obispo: 57 AÑOS) D. ANGEL FERNÁNDEZ (73 AÑOS) D. FRANCISCO CASES (80 AÑOS)