sábado, 24 de febrero de 2018

Día 25 de Febrero. Domingo Segundo de Cuaresma


LECTURAS

  • Génesis  22, 1-2.9-13.15-18
  • Salmo responsorial 115
  • 1ª Romanos 8, 31b-34
  • Marcos 9, 2-10
       Los tres discípulos de Jesús, Pedro, Santiago y Juan, vivieron una experiencia única: Jesús "se transfiguró  delante de ellos", cambió de aspecto. Es como si, por unos momentos, hubieran penetrado en el cielo contemplando a Jesús resucitado y glorioso.
     "Ete es mi Hijo amado; escuchadlo", dijo la voz de la nube, indicándonos que Padre nos muestra la identidad de Jesús, y cómo él es la garantía de la cercanía de Dios.
      Se puede decir que la transfiguración del Señor fue como una descarga de entusiasmo que recibieron los discípulos, que les vino muy bien, ya que iban a sufrir lo suyo en fechas próximas, cuando la pasión y muerte de Jesús. Fue como una luz que Jesús encendió para los discípulos en medio de la oscuridad que iban a vivir en días futuros.
     Los discípulos no entendieron el significado de lo que  vieron y oyeron, como denota el comentario del evangelista, que dice de los discípulos que "discutían entre ellos qué  era aquello de resucitar de entre los muertos", que había dicho Jesús, y que debieron entender sólo tras la experiencia de la resurrección del Señor.
     Nuestra Eucaristía de cada domingo debe ser un tiempo de transfiguración que, tras el encuentro con Jesús en el Sacramento, nos lleva a la calle, a la familia, a lugar de trabajo, y allí ser testigos  de Jesús en el día a día de la semana que comienza.

LECTIO DIVINA DESDE LA PARROQUIA DE SAN ROQUE DE HELLÍN: CUARESMA Y LUZ

QUIERO VER: ESCUCHAR A DIOS