domingo, 23 de marzo de 2025

Día 23 marzo de 2025. Domingo III de Cuaresma.

 

LECTURAS

  • Éxodo 3,1-8a.13-15
  • Salmo responsorial
  • 1 Corintios 10,1-6.10-12
  • Lucas 13, 1-9

     En el pasaje del Evangelio de hoy, Jesús responde a la inquietud de algunos sobre la tragedia de los galileos asesinados por Pilato en el templo de Jerusalén y sobre el derrumbe de la torre de Siloé, que mató a dieciocho personas. Jesús deja claro que estas desgracias no son castigos divinos por pecados individuales, sino una llamada a la conversión. Por ello, les dijo: “Y si vosotros nos os convertís, pereceréis lo mismo”.

     A propósito de dichas desgracias, Jesús cuenta la parábola de la higuera estéril: un árbol que no da fruto durante tres años, pero al que el viñador le pide al dueño que le dé una oportunidad más, con cuidado y paciencia, antes de cortarlo. En nuestra sociedad, solemos buscar respuestas rápidas ante el sufrimiento: queremos encontrar una razón para el mal y, a veces, culpamos a las víctimas o creemos que todo es fruto del destino. Jesús rompe con esta lógica simplista y nos invita a mirar nuestra propia vida en lugar de juzgar a los demás. Nos recuerda que lo importante no es buscar culpables, sino hacer un examen personal y cambiar lo que nos aleja de Dios y del amor al prójimo.  

    Vivimos en una cultura de lo inmediato, donde lo que no da resultados se descarta rápidamente: relaciones, proyectos, incluso personas. Sin embargo, Dios no actúa así con nosotros. Nos da oportunidades, nos cuida, nos fertiliza con su Palabra, sacramento, con su gracia, y espera pacientemente que demos fruto. Pero esa paciencia no es infinita, porque nosotros vivimos en el tiempo que tiene un límite. Por tanto, la parábola es una invitación urgente a cambiar ahora, a vivir con sentido, a no dar largas a la conversión.  Jesús nos muestra que Dios no nos condena por nuestros errores, pero sí nos llama a cambiar. La misericordia no es una excusa para la pasividad, sino un impulso para la transformación.


LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA