sábado, 21 de junio de 2025

Día 22 junio de 2025. Corpus Christi. Día de Cáritas.

 


LECTURAS

  • Génesis 14, 18-20
  • Salmo responsorial 33,8-13
  • 1 Corintios 11,23.26
  • Lucas 9, 11b-17


      Recordando la última Cena en el evangelio de Juan, antes de dar su Cuerpo, Jesús honró el cuerpo de sus discípulos, lavándoles los pies y les pidió que hicieran ellos lo mismo, lavarse unos a otros, es decir, ser servidores los unos de los otros, Jesús tenía tanto interés en entregar su Cuerpo como en hacer que la lógica de la entrega mutua funcionara entre los miembros de su comunidad, a los cuales Pablo llamó «Cuerpo de Cristo».

     En la mesa de Jesús hay sitio para todos. En el evangelio, los discípulos dicen a Jesús “¡Despide a la gente! ¡Que vayan a buscar alojamiento y comida!”. Jesús les había hablado sobre el Reino de Dios, había curado a sus enfermos. A los Apóstoles les parecía suficiente que Jesús les hablara. Pero Jesús sentía la necesidad de algo más. Les pide a sus apóstoles que lleven la hospitalidad hasta el extremo. Se lo pide con propuesta imperativa: «¡Dadles vosotros de comer!». Su respuesta es: «¡No tenemos para tan gran gentío!» Para Jesús nada hay imposible. Solo es cuestión de mirar al Cielo y desde allí recibir la bendición del Dios Abbá. La bendición llega a los panes y a los peces a través de las manos de Jesús. La forma de realizarlo nos recuerda lo que hizo en la última Cena, con los Apóstoles. Y en el evangelio de hoy, vemos que de las manos de Jesús el pan pasa a las manos de los discípulos, y desde las manos de los discípulos a las manos de la gente. “Comieron todos y se saciaron”, dice el evangelio. Esto aplicado a nosotros significa que Jesús no quiere nos limitemos nuestras celebraciones a una liturgia de la Palabra sin Eucaristía, ni un encuentro sin llevar a culmen la hospitalidad.

    Hoy es la Fiesta del Corpus, y tenemos que preguntarnos: ¿Está cambiando algo entre nosotros? Hoy Jesús se sienta con nosotros a la Mesa. Repite los gestos de la última Cena. Resume ante nosotros todo el entramado de su vida. Vuelve en cada celebración eucarística y Jesús pone sobre el altar el Cuerpo entregado, el Cuerpo que ama sin límites, que unifica. 


LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

LECTIO DIVANO DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

domingo, 15 de junio de 2025

Día 15 junio de 2028. Santísima Triniad. Jornada "Pro Orantibus






 LECTURAS

Proverbios 8,22-31 
Salmo responsorial 8, 4-9
Romanos 5,1-5
Juan 16,12-15


Es imposible penetrar en el interior Dios y conocerlo por nuestros propios medios. Pensadores y filósofos se han preguntado sobre Dios, y han dado respuestas a su modo. Limitarnos a decir que conocemos a Dios por nuestro propio razonamiento tiene el peligro de hablar de un Dios a nuestra medida que, ciertamente no es Dios, sino el Dios que podemos imaginar. Cuando decimos que Dios es amor, misericordioso, perdón, que nos busca para hacernos sus hijos, que nos llama a participar de su gloria, y que es Padre, Hijo y Espíritu Santo, todo esto lo decimos porque nos lo ha manifestado Jesucristo con su actuar y con sus palabras, porque Jesucristo es el rostro humano de Dios.

 Dios se acerca a nosotros por caminos y maneras a veces insospechables, y lo hace siempre respetando nuestra libertad, porque como seres creados por él, él nos ofrece los medios para que vayamos descubriendo cómo nos ama y nos asocia a su vida, que es eterna. Para esto necesitamos tiempo, pero también nos hace falta humildad, es decir, aceptar que Dios es Dios, y, por tanto, no reducirlo a nuestras ideas, apetencias o gustos, porque si así fuera ya no sería Dios.

Dios se ha hecho visible en la humanidad a través de Jesucristo, y nadie esperaba la forma de hacerlo: apareció en la humildad de Belén, naciendo en una familia sencilla de su tiempo, siendo uno más de su pueblo, enraizado en su historia y creencias.

La historia de la Iglesia está plagada de testimonios que nos hablan de cuantas maneras los hombres y mujeres han tenido acceso a Dios: los Apóstoles, San Pablo, y cada uno de nosotros, con nuestra propia historia, con la ayuda de nuestra familia o de nuestro entorno, en último término, la Iglesia, cuya misión es anunciar a Jesucristo y encender la llama de la fe.

LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

 






viernes, 6 de junio de 2025

D.ía 8 junio de 2025. Domingo de Pentecostés. Jornada de la Acción Católica y Apostolado Seglar

 


LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 2,1-11
  • Salmo responsorial 32, 10-15
  • Corintios 12,3b-7.12-13
  • Juan 20,19-23

    Con la resurrección de Jesús y envío del Espíritu Santo, los apóstoles que estaban llenos de miedo, que habían abandonado a Jesús en el momento de la pasión, que estaban decepcionados porque esperaban que Jesús iba a actuar de forma triunfante, rodeados por un mundo religioso lleno de preceptos y costumbres y hostil, están en la casa con las puertas cerradas sin saber qué hacer. Pero allí están reunidos, acompañados por María la madre de Jesús, en actitud de espera y oración. Con la venida del Espíritu han comenzado a tener la vida de Jesús. Se sienten perdonados y reconciliados.

    La Iglesia, como nos enseña San Pablo, es el Cuerpo de Cristo y está formada por todos nosotros que, si somos fieles a Jesús, lo hacemos visible en el mundo; en eso consiste ser sus testigos. Por ello, lo mismo que María y los discípulos estaban reunidos, y reciben el Espíritu Santo, también nosotros los cristianos nos reunimos cada domingo en este Cenáculo que es la iglesia, donde escuchamos la Palabra de Dios bajo el influjo del Espíritu Santo, y es entonces cuando somos capacitados para hacer presente a Jesús en nuestros diversos ambientes.

      Hoy celebramos la jornada de la Acción Católica y del Apostolado seglar, que no es algo ajeno a nosotros, sino que es nuestra vocación porque Jesús nos llama a cada uno a hacer propia la misión de la Iglesia en medio de nuestro mundo, continuando la misión de los Apóstoles, qué es la misión de Jesucristo, y viviendo como hijos queridos de Dios que por el bautismo nos hace miembros de su familia, la Iglesia.



HOJA DOMINICAL DIOCESANA

viernes, 30 de mayo de 2025

Día 1 junio de 2025. Ascensión del Señor.

 


 LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 1, 1-11
  • Salmo responsorial 
  • Efesios 1, 17-23
  • Lucas 24, 45-53

La Ascensión del Señor no es un hecho aislado que sucede aparte de la resurrección, sino que es el desenlace de la muerte y resurrección, por tanto, es la entrada de Jesucristo en la gloria de Dios, dando por terminada su vida terrena o histórica, y comienzo de la misión de la Iglesia por encargo de Jesús. Esto lo expresamos en el Credo cuando decimos: “fue crucificado, padeció y fue sepultado, resucitó al tercer día, subió al cielo y está sentado a la derecha del Padre… y su reino no tendrá fin”. Así, la palabra “Ascensión” significa fin de la presencia física de Jesús en este mundo terreno, viviendo para siempre su condición de Dios y hombre, puesto que su humanidad ha sido divinizada por la resurrección.

La celebración de la Ascensión manifiesta el triunfo de Dios, cuyo proyecto se ha cumplido y se ha manifestado en Jesús, indicando que su modo de vida, que le llevó incluso a dar la vida por nosotros, es el camino que debe hacer la humanidad según el proyecto Dios, y, por tanto, ese es el camino del cristiano que de verdad quiere seguir a Jesús.

Con Jesucristo, la humanidad tiene la puerta abierta para entrar en la dimensión de Dios, y asegura lo que ya había anunciado a los Apóstoles en la tarde de la última Cena: “En la casa de mi Padre hay muchas moradas y voy a prepararos un sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde yo estoy, estéis también vosotros”.

  Hoy no celebramos la ausencia del Señor sino una nueva forma de presencia. Él permanece siempre a nuestro lado, pero lo hace respetando nuestra libertad y ofreciéndonos la ayuda del Espíritu Santo, que nos ilumina y da fuerza para dar testimonio de Jesús y poder actuar en su nombre. Por tanto, La Ascensión señala un antes y un después: del tiempo histórico de Jesús se pasa al tiempo de la Iglesia. Todo lo que Jesús hizo y enseñó tendrá continuidad en la misión de los Apóstoles y de la Iglesia.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA


viernes, 23 de mayo de 2025

Día 25 mayo de 2025. Domingo VI de Pascua. Pascua del enefermo.

 


LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 15,1-2.22-29
  • Salmo responsorial 66, 2-3.5.6.8
  • Apocalipsis 21,10-14.22-23
  • Juan 14,23--29

     Si vivimos lo que Jesús nos enseña, entonces abrimos nuestro corazón a Dios, permitiendo que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo entren en nuestra vida, y eso se nota en los frutos, es decir, en las obras. Que una persona importante venga a nuestra casa es un honor. Cuánto más que Dios more en nosotros, como dice Jesús. Santa Teresa escribe que “si entrar en el cielo es entrar en la vida de Dios, ¿No es también un cielo que Dios entre en mi vida y la habite? ¿Hay algo más grande que puede decirse de un hombre que decir “es un hombre de Dios”, o que “lleva a Dios consigo?”

     Los grandes Santos fueron hombres y mujeres de Dios, hombres y mujeres de intensa vida interior (vida de oración), pero también hombres y mujeres de compromiso solidario con el mundo que les tocó vivir. Decir de alguien que es “hombre o mujer de Dios”, es afirmar que estamos ante personas que aúnan en sí el conocimiento de Dios en la oración y el servicio a los demás, sobre todo a los más pobres, porque quien es de Dios dialoga o habla con Dios (oración) y hace las obras de Dios (compromiso profético).

     En el Evangelio de hoy, también escuchamos una promesa fundamental de Jesús: “El Paráclito (defensor), el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho”. Después de su muerte y resurrección, Jesús ya no está físicamente presente como en su vida histórica, pero actúa con la presencia y fuerza del Espíritu Santo, que actualiza la enseñanza de Jesús. De aquí la importancia de escuchar al Espíritu Santo y dejarnos guiar por Él, y esto se hace con la oración, con los sacramentos, como hicieron los discípulos y María, la madre de Jesús, quienes reunidos oran y esperan la venida del Espíritu Santo.

     La primera lectura de hoy, de Hechos de los Apóstoles, nos relata un gran conflicto que surgió entre los primeros cristianos, unos procedentes del judaísmo y otros del paganismo. Y vemos que lo resuelven, encontrándose y planteando el problema, dialogando sobre el mismo, proponiendo y escuchando los diversos pareceres, preguntándose qué es lo esencial y qué lo secundario, si la Ley de Moisés o la fe Jesucristo.  Y llegaron a la gran decisión de que es Jesucristo resucitado quien salva. Y lo dicen con estas palabras que redactan a modo de decreto: “El Espíritu Santo y nosotros hemos decidido… no imponeros otras cargas…”. Aquí encontramos a los cristianos como pueblo que caminan juntos bajo la guía del Espíritu Santo (primera concreción de Iglesia sinodal).

LECTIO DIVINA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICAL DIOCESANA

PRIMERAS COMUNIONES 
25 MAYO DE 2025


 

 

 

 

 

sábado, 17 de mayo de 2025

Día 18 mayo de 2025. Domingo V de Pascua.

 

LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 14,21b-27
  • Salmo responsorial 144, 8-13
  • Apocalipsis 21,1-5a
  • Juan 13,31--33a.34-35

  •  Las palabras del Evangelio de hoy están precedidas del lavatorio de los pies y la última Cena. Y la lección que nos da Jesús es que, para tener parte en él, debemos amar como él amó. Por eso el mandamiento nuevo es el camino para seguir a Jesús y estar unidos a él, formando parte de la nueva humanidad que Dios quiere y que ha inaugurado Jesús con su modo de vida, incluso pasando por la muerte. Por tanto, el amor es el signo identificativo del discípulo de Jesús. Es el estilo de vida, marcado por el amor, lo que da a entender si somos o no discípulos de Jesucristo.
  •      De hecho, un Padre de la Iglesia de los primeros tiempos escribió que la gente se admiraba del amor que se profesaban los cristianos entre ellos, diciendo: “mirad como se aman” y, precisamente, por ese testimonio se iban añadiendo más creyentes a la comunidad.
  •     Para nosotros que en este tiempo pascual celebramos y saboreamos la resurrección de Jesús, ese mandamiento mantiene toda su actualidad. La gente podrá creer en los frutos de la Pascua en la medida que vean nuestras parroquias y comunidades alegres, unidas, servidoras. Que ese amor sea nuestro distintivo, como dijo el mismo Jesús: “En esto se conocerá que soy mis discípulos, si os amáis como yo os he amado”.

LECTIO DIVINA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOJA DOMINICLA DIOCESANA

PRIMERAS COMUNIONES
18 MAYO DE 2025




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lunes, 12 de mayo de 2025

Día 11 mayo de 2025. Domingo IV de Pascua. Día del Buen Pastor.

 

PAPA LEÓN XIV


LECTURAS

  • Hechos de los Apóstoles 13, 14.43-52
  • Salmo responsorial
  • Apocalipsis 7,9,14b-17
  • Juan 10, 27-30


    En la historia del pueblo de Israel aparecen grandes personajes que ejercían el oficio de pastores: Abraham, Isaac, Jacob, Moisés, David. Así como el “pastor” tiene la tarea de conducir, proteger, y buscar buenos pastos para sus ovejas, la imagen del “pastor”, en la Biblia, pasó a ser la imagen que representa a los dirigentes, a los que Dios les encarga de conducir y proteger a su pueblo en su nombre. Hubo algunos que fueron buenos pastores o dirigentes, pero también hubo muchos, que no dieron la talla, fueron mala gente. Así lo denunciaba el profeta Jeremías, quien decía; “Ay de los pastores de Israel que se apacientan a sí mismos; ¿no deben los pastores apacentar a las ovejas?”. Tras estas duras palabras, Jeremías profetizó que Dios será el Pastor del pueblo. Esta profecía se cumplió en Jesús, quien se aplica a sí mismo el título de “Buen Pastor”.

       Esta es una de las mejores imágenes que tenemos de Jesús, que nos guía y cuida. Y nosotros estamos llamados a formar su familia, es decir, a estar en comunión con él y caminar juntos (Iglesia sinodal). En el evangelio de hoy Jesús nos dice que él conoce a sus ovejas. No somos seres anónimos, sino que nos conoce por nuestro nombre y se preocupa por nosotros. Jesús promete que nunca nos dejará solos, y con él caminamos hacia una vida definitiva, donde habrá justicia y encontraremos el consuelo.

     El evangelio de hoy, nos indica la importancia de escuchar la voz de Jesús, y la gran suerte que significa formar parte de su familia la Iglesia. Cada domingo, nuestro encuentro en la Eucaristía es la ocasión en la que nos reunimos como familia de Dios, y escucha su Palabra, como nos dice Jesús en el evangelio: “Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen y yo les doy la vida eterna”.

    Precisamente porque Jesús se autodefine “Buen Pastor”, hoy celebramos la jornada de oración por todas las vocaciones. Oramos especialmente por quienes han recibido la llamada de hacer presente a Cristo, Buen Pastor, como es el caso del papa León XIV, nuestro obispo Ángel, los obispos, los sacerdotes, religiosos-as, y también todos los cristianos que tienen alguna responsabilidad en la Iglesia, o en distintos ámbitos de la sociedad, como los padres en la familia.

LECTIO DIVINA SAN ISIDRO DE ALMANSA

HOIJA DOMINICAL DIOCESANA


PRIMERAS COMUNIONES

11 MAYO DE 2025