LECTURAS
- Hechos de los Apóstoles 14,21b-27
- Salmo responsorial 144, 8-13
- Apocalipsis 21,1-5a
- Juan 13,31--33a.34-35
- Las palabras del Evangelio de hoy están
precedidas del lavatorio de los pies y la última Cena. Y la lección que nos da Jesús
es que, para tener parte en él, debemos amar como él amó. Por eso el
mandamiento nuevo es el camino para seguir a Jesús y estar unidos a él, formando
parte de la nueva humanidad que Dios quiere y que ha inaugurado Jesús con su
modo de vida, incluso pasando por la muerte. Por tanto, el amor es el signo
identificativo del discípulo de Jesús. Es el estilo de vida, marcado por el
amor, lo que da a entender si somos o no discípulos de Jesucristo.
- De hecho, un Padre de la Iglesia de
los primeros tiempos escribió que la gente se admiraba del amor que se
profesaban los cristianos entre ellos, diciendo: “mirad como se aman” y,
precisamente, por ese testimonio se iban añadiendo más creyentes a la
comunidad.
- Para nosotros que en este tiempo pascual
celebramos y saboreamos la resurrección de Jesús, ese mandamiento mantiene toda
su actualidad. La gente podrá creer en los frutos de la Pascua en la medida que
vean nuestras parroquias y comunidades alegres, unidas, servidoras. Que
ese amor sea nuestro distintivo, como dijo el mismo Jesús: “En esto se conocerá
que soy mis discípulos, si os amáis como yo os he amado”.
Las palabras del Evangelio de hoy están
precedidas del lavatorio de los pies y la última Cena. Y la lección que nos da Jesús
es que, para tener parte en él, debemos amar como él amó. Por eso el
mandamiento nuevo es el camino para seguir a Jesús y estar unidos a él, formando
parte de la nueva humanidad que Dios quiere y que ha inaugurado Jesús con su
modo de vida, incluso pasando por la muerte. Por tanto, el amor es el signo
identificativo del discípulo de Jesús. Es el estilo de vida, marcado por el
amor, lo que da a entender si somos o no discípulos de Jesucristo.
De hecho, un Padre de la Iglesia de
los primeros tiempos escribió que la gente se admiraba del amor que se
profesaban los cristianos entre ellos, diciendo: “mirad como se aman” y,
precisamente, por ese testimonio se iban añadiendo más creyentes a la
comunidad.
Para nosotros que en este tiempo pascual
celebramos y saboreamos la resurrección de Jesús, ese mandamiento mantiene toda
su actualidad. La gente podrá creer en los frutos de la Pascua en la medida que
vean nuestras parroquias y comunidades alegres, unidas, servidoras. Que
ese amor sea nuestro distintivo, como dijo el mismo Jesús: “En esto se conocerá
que soy mis discípulos, si os amáis como yo os he amado”.