LECTURAS
- Génesis 18, 1-10a
- Salmo responsorial
- Colosenses 1, 24-26
- Lucas 10, 38-42
Para entender el verdadero sentido del evangelio
de hoy, no debemos olvidar el contexto: Jesús va de camino a Jerusalén, tiempo
en el que se dedica a formar más intensamente a sus discípulos, y este relato
del episodio en Betania, casa de Marta y María, intenta presentar el perfil de
aquellos que quieren seguir a Jesús.
No debemos interpretar el texto como una
condena de la queja de Marta. Es solo el contrapunto para resaltar la necesidad
que todo cristiano tiene de escuchar al único Maestro, Jesús, y esa en la actitud
de María que escucha a los pies de Jesús, porque si no se escucha a Jesús, no
se le puede conocer, y menos seguirlo.
No tiene ningún sentido sacar de este
relato, una distinción entre la vida contemplativa y la vida activa. Tampoco
establecer una oposición, ni buscar una superioridad de la vida contemplativa
sobre la vida activa. No es correcto el interpretar este evangelio como indicativo
de dos clases de cristianos, unos que se dedican a la vida activa y otros a la
contemplativa.
Marta se queja porque le parece que María
está perdiendo el tiempo, puesto que está a los pies de Jesús escuchándolo.
Solo tiene en cuenta que retrasa los preparativos de la comida para Jesús y
discípulos. Jesús no critica a Marta por estar ocupada, sino por estar inquieta por algo
que en aquel momento tiene menos importancia. Tampoco dice que lo que hace
Marta sea malo. Dice: "María ha escogido la parte mejor", lo cual significa que lo
que hacía Marta era también bueno.
El mensaje es que toda acción verdaderamente
cristiana debe nacer del encuentro con Jesús, que se realiza en momentos de
oración como es la escucha de su palabra y la vivencia de los sacramentos. Si
recordamos, el domingo pasado, terminaba el evangelio diciendo Jesús al maestro
de la Ley: "Anda, y haz tú lo mismo".
Del evangelio se deduce que no puede
darse un amor a Dios directo, si no se refleja en el amor a los demás. Aplicado
al tema que nos ocupa, hay que decir que no puede haber auténtica oración si no
se manifieste en la acción. Y si se hace una oración sin acción, entonces se
convierte en falsa ilusión.
Recordemos aquello que dijo Jesús:
"el que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a
un hombre necio, que edificó su casa sobre arena". Edificar sobre roca es
escuchar y obrar en consecuencia. Por lo tanto, para actuar con verdadero
sentido cristiano, debemos primero escuchar a Jesús y descubrir en su vida y
enseñanzas los motivos de la acción. Esto, que parece tan sencillo, es la clave
para entrar en la dinámica del mensaje de Jesús.
LECTIO DIVINA DE LA PARROQUIA DE SAN ISIDRO DE ALMANSA
Para entender el verdadero sentido del evangelio
de hoy, no debemos olvidar el contexto: Jesús va de camino a Jerusalén, tiempo
en el que se dedica a formar más intensamente a sus discípulos, y este relato
del episodio en Betania, casa de Marta y María, intenta presentar el perfil de
aquellos que quieren seguir a Jesús.
No debemos interpretar el texto como una
condena de la queja de Marta. Es solo el contrapunto para resaltar la necesidad
que todo cristiano tiene de escuchar al único Maestro, Jesús, y esa en la actitud
de María que escucha a los pies de Jesús, porque si no se escucha a Jesús, no
se le puede conocer, y menos seguirlo.
No tiene ningún sentido sacar de este
relato, una distinción entre la vida contemplativa y la vida activa. Tampoco
establecer una oposición, ni buscar una superioridad de la vida contemplativa
sobre la vida activa. No es correcto el interpretar este evangelio como indicativo
de dos clases de cristianos, unos que se dedican a la vida activa y otros a la
contemplativa.
El mensaje es que toda acción verdaderamente
cristiana debe nacer del encuentro con Jesús, que se realiza en momentos de
oración como es la escucha de su palabra y la vivencia de los sacramentos. Si
recordamos, el domingo pasado, terminaba el evangelio diciendo Jesús al maestro
de la Ley: "Anda, y haz tú lo mismo".
Recordemos aquello que dijo Jesús:
"el que escucha estas palabras mías y no las pone en práctica, se parece a
un hombre necio, que edificó su casa sobre arena". Edificar sobre roca es
escuchar y obrar en consecuencia. Por lo tanto, para actuar con verdadero
sentido cristiano, debemos primero escuchar a Jesús y descubrir en su vida y
enseñanzas los motivos de la acción. Esto, que parece tan sencillo, es la clave
para entrar en la dinámica del mensaje de Jesús.